ISSN 2215-972X
ISSN 2215-9738

San Juan de Pasto, Nariño , Colombia

PORTADA PRIMER NÚMERO

PORTADA PRIMER NÚMERO
Ilustración de Jhon Felipe Benavides ©

20 de octubre de 2010

EDITORIAL Del Avatar


....Geoffrey Parrinder, en su libro Avatar y encarnación, afirma que avatar en esencia proviene del sánscrito avatâra (del verbo trî, cruzar, alcanzar, salvar, con el prefijo ava, abajo; y de ahí ava-trî, descender a, aparecer, encarnar). Un avatar es “algo que baja”, una manifestación de cualquier deidad en la tierra o un descenso de los cielos, pero se aplica especialmente a los descensos de Vishnú.
....El dios de los avatares como se ha denominado a Vishnú, es un tanto antropomórfico y su actividad principal en los Vedas consistía en dar tres pasos gigantes a través del universo, de los tres reinos de la tierra, del aire y de los cielos. Se le compara a una bestia asustada, perseguida por las montañas, o a un toro que corre a grandes zancadas. Junto a sus avatares quizá incorporando también los del Valle del Indo o las deidades del bosque, Vishnú emergería como la deidad que hasta la fecha es la más grande, o el único Dios para millones de hindúes.
....Tradicionalmente a Vishnú se le adjudicaron veintiocho avatares, a medida que las deidades del panteón védico se fueron incorporando a los últimos poemas épicos, pero hacia el siglo XVIII se le reconocían diez.
....En el Mahâbhârata se citan en muchas ocasiones varios avatares y manifestaciones de dioses. En el decimosegundo libro de la Épica (Shânti Parva), se relata el mito cósmico popular donde Vishnú duerme en el océano primordial, descansando y resguardándose bajo las caperuzas de la cobra de mil cabezas, Shesha o Ananta¸ el infinito. Mientras Vishnú duerme, un loto surge de su ombligo, del que nace el dios Brahma, quien crea el mundo. Éste perdura durante miles de eras fundiéndose al fin de nuevo en Vishnú. El proceso de creación y fusión tiene lugar eternamente, en grandes ciclos. Dentro de cada ciclo hay cuatro grandes eras (yugas): Krita, Treta, Dvupara y Kali. Estas eras son, respectivamente, blanca, roja, amarilla y negra. Los avatares se distribuyen entre las eras según sus respectivos colores.
....En cuanto a los avatares de Vishnú (que tienen por misión salvar la raza humana) se puede nombrar los siguientes: el avatar pez (matsya) proviene de un mito anterior a fin a otras antiguas leyendas orientales sobre la inundación y el rescate del hombre en un barco.
....El avatar tortuga (kûrma) tiene orígenes igualmente entremezclados. A la tortuga se le ha denominado la savia vital de los mundos y se la equipara al sol; la parte inferior de su caparazón es la tierra y la superior, el cielo. El jabalí (varâha) es un avatar mucho más popular que los anteriores. Se cuenta que tras la primera inundación, Vishnú, voló sobre las aguas como una luciérnaga y vio que era necesario levantar la Tierra sumergida. Así que tomó la forma de un jabalí salvaje gigante, que hundió sus colmillos para levantar la Tierra y devolverla a su lugar. El avatar hombre-león (Nara-Simha) asumió forma para destruir a un demonio-rey, de atuendos dorados. Vishnú aparece como un enano (Vâmana) que daba tres grandes zancadas al universo para quedarse con todo. También existen dos Ramas a los que se les considera avatares de Vishnú. El primero es Parashu-Rama (Rama con el hacha) y el más grande avatar Rama que es Rama-Chandra (Rama-luna, aunque pertenecía a la raza solar). Krishna el avatar humano de Vishnú en el Mahâbhârata es un maestro divino a través de sus diálogos. Y el último de los avatares, según la gran épica, es Kalki, el avatar que aún ha de llegar para destruir todo el mal y restaurar el reino de Vishnú.
....Es la escena de ese descenso de los avatares, signos errantes del universo, en la que cada diferencia imprime en cada cual su marca diferente. Cada avatar va en el otro más allá de sí, multiplicado, compartido originariamente, sin medida común. De una y otra parte, uno y otro descenso, el encanto y la ocasión del acogimiento.
....Aldous Huxley dijo que “todo ser humano puede convertirse en avatar por adopción”, en tanto la semejanza es el umbral de una aparición que se demora sin término y se convierte en la transparencia de los dioses del otro inicio que esculpen sus avatares en las rocas con el perseverante cincel del viento y los océanos, con el fuego interno del planeta, para congelar el tiempo en este mundo donde la vida emerge, crece y se transforma (“la muerte es cambio” pareciera decir la tierra cuando se traga a sus muertos). Esos mismos dioses artistas son los que hacen suya la voluntad de los pueblos, para vaciar en pirámides y templos, en monumentos hechos con sangre, lágrimas y excremento, la eternidad, y recordar que una tarea magna está ejecutándose. Sólo entonces el universo se completa en una interminable espiral divina, en la concha del caracol, cuando al morir el día renace la noche; con la seguridad de que al cerrarse los ojos permanecerá una música omnipresente, y que al apagarse los oídos, el viento acariciará la piel.
....En esa medida saberse mortal es saber dar lugar a los Dioses que vienen… dibujados, señalados en las huellas del enigma: de lo revelado que apela. Y es precisamente ahí, aquí, en el instante del encuentro que del ser brota, que se anuncia un estar por venir: el avatar como futuro. Un avatar que consiste en estar viniendo, en el que un punto de fuga disipa en el recuerdo los dioses huidos. Dado que los avatares nunca se fueron, sus palabras nacientes están-siendo-con-nosotros. Sólo ellos dejan que en sus palabras, como flores, constantemente se presienta lo que falta, lo que nos aguarda, porque sólo guardan el “estar al venir” de los dioses. Por eso son capaces de ofrendar su vida en el sacrificio (arte, poesía, pensamiento) que deja abierto, inminente, lo que ad-viene.
....Si los hombres tienen historia, ello se debe únicamente a que los avatares pasan fugazmente –están pasando al pasar–, a la vez que en cada uno se obra el origen del mundo, en la rapidez que lo aproxima y que lo aleja, como acontecimiento del darse en su rumor sin límites.
....Es así como sin un punto de partida, o uno de llegada, el avatar traza su propio camino en el espacio de la memoria, a la manera como traza el viento surcos sobre las arenas del desierto, para inaugurar un diálogo que recurre a la hospitalidad, en el que pensar, escribir, dibujar es hacerse semejante. La escritura, el pensamiento, el dibujo son sólo aproximaciones sutiles a la semejanza, juegos de aproximaciones; fuegos combinatorios en lucha con su vacío, frente a su esencia, donde el grito del vocablo áureo traza letras e imágenes como ojos que nos miran.
....Crear sería, entonces, hacer entrar el vocablo en el tiempo parcialmente explorado de nuestros límites para que en la página, el indeleble avatar sea escuchado, recibido y leído; y su fuerza se abra al texto a través de la pregunta que se hace y que nos hace, en el lugar del re-encuentro donde las palabras son ventanas, puertas entreabiertas, que se logran reconocer por la presión que nuestras manos ejercen sobre ellas, por las huellas que dejan.
....De este modo, cada voz aparece en sí misma como una apertura desde el corazón de la creación, hacia el espacio de la-s escritura-s, que se extiende y se pliega a mano, y la llamarada reiniciada de la multiplicidad, nos permite ser nuestro camino al pie de las páginas recorridas, en un resplandor parpadeante que se inscribe en la constelación de la escritura como anticipación de, y retorno a, la cultura. Lo anterior, implica un itinerario similar, digamos, al que llevaría una caravana en el desierto cuando se ve sorprendida por una tormenta y pierde el sentido de su ubicación: “Errar en la extensión infinita de lo que desciende y anticipa nuestra morada”.
....Ahora bien, ese errar esboza la singularidad de la cultura que consiste en su propio plural. La pluralidad expone la unidad, pero ese uno no es el uno de una vez por todas –como lo afirma Jean-Luc Nancy–: se produce todas las veces por una, y no en cada una de las artes sino en sus obras, una a una. Cada obra es, desde la dimensión de sus sentidos, la apertura de un mundo (y sus orígenes). Pero lo es en cuanto que el mundo como tal, es pluralidad de mundos.
....Es por eso que la realidad no significa por sí y en sí misma sino en la dimensión distinta de los saberes y sus escrituras, en la realización de la experiencia de la cultura. Conviene añadir que tanto la equivalencia singular y plural de la cultura, señala una articulación abierta, que constituye desde su trazo de unión, la manifestación de la comunidad como destino en el ámbito del llegar a ser-con-otros. En gran medida, se trataría de re-afirmar una singularidad plural en el horizonte de las identidades inauditas, en el orden del trazado siempre en obra, en la ficción que siempre se está inventando.
....En suma, una sobrevenida que se extiende hasta la ruptura y hasta el salto del llegar, donde el mundo se representa. Con todo, la antigua advertencia de las musas a Hesíodo adquiere una nueva resonancia: “Sabemos contar mentiras semejantes a la realidad, pero también sabemos, cuando queremos, proclamar verdades (semejantes a la realidad)”. Ahí, lo real no garantiza la verdad, si no que posibilita la necesidad de mundos posibles en el querer pensarnos desde una poética de lo diverso, teniendo en cuenta que la proyección del hombre desde lo cultural, es cuestión de avatares.


SOBRE OTROS AVATARES


....Por fin vemos las hojas de esta publicación, las palabras y manifestaciones de tantos escritores y artistas que han respondido a nuestro llamado. Gracias a ellos hemos rebasado todas las expectativas. Ahora podemos estar seguros de que ésta es una revista que reafirma las diferencias, tal como se lo propuso en su justificación como proyecto cultural, avalado por la Oficina de Formación Humanística de la Universidad de Nariño. Ese mismo proyecto, que comenzó como un sueño mutuo fantaseado en las bancas de la Plaza Central de una ciudad fría como lo es San Juan de Pasto, al sur de Colombia, se concretó, adquirió vida, y fue bienvenido; ahora los Avatares sólo pueden agradecer y seguir adelante, para abarcar todos los lugares en los que la creación artística exista.
....Las secciones propuestas desde la revista, articulan las representaciones de la creación que interactúan entre sí para hacerse visibles y construir un espacio de diálogos lo suficientemente crítico donde todo saber sea situado en su relatividad histórica y cultural. Así, se propone abrir un “tercer ojo” prolongado en un exigente nomadismo de las representaciones, en el que una nueva dimensión de la realidad sea el acontecer de las artes de la interrogación, para que tengan lugar de ser afirmadas entre la presencia del mundo y lo que queremos ser.
....En la Revista Cultural Avatares, el horizonte cultural se comprende desde su exposición simultanea que no es un lugar, sino la huella de los lugares, que anuncia la unión de las artes en la cesura abierta por la cultura; aquí, desde la periferia, las artes que se conjugan dentro de estas hojas re-definen la afirmación de lo multicultural y lo propio entre las complejidades para estar en el cruce de caminos que dialogan desde sus posibilidades éticas y estéticas en permanente creatividad. Aquello permite mostrar que la cultura, entendida hoy más que nunca, como un discurso interrumpido, puede pensarse desde sus silencios, sus escuchas, sus señales desde lejos.
....En este primer número, los avatares encarnan un solo corazón hecho de palabras e imágenes, que confluyen en el viaje interminable del español –“el viaje interminable de las palabras” como escribiera el escritor tolimense William Ospina–, que nos trae sus rumores del norte: España, Francia, Estados Unidos, México; y también el clamor del sur, desde Argentina, Chile, Venezuela. Pero en estas hojas también existe un pacto de hermandad con otros idiomas, esta vez, una versión del portugués de un manifiesto que nos llegó desde Rio Grande del Sur, el estado más austral de Brasil.
....Para la Revista Cultural Avatares es fundamental dar a conocer las voces y trazos que se desprenden desde esta tierra de Nariño, enclavada en la escarpada cordillera de Los Andes, en comunión a las escrituras que nos llegan desde el resto del país y todas las regiones del mundo, para que nuestros lectores puedan decir, como Aurelio Arturo, considerado el poeta del Siglo XX en Colombia: “Yo subí a las montañas, también hechas de sueños, / yo ascendí, yo subí a las montañas donde un grito/ persiste entre las alas de palomas salvajes”.
....Sólo nos resta decir que todo permanecer sea aun siempre por venir.

CARTAS DEL LECTOR

....Acostumbro a participar en invitaciones. Por eso mis poemas ven truncada su publicación la mayoría de las veces. Mas mi pensamiento reflejado queda, mi sentir plasmado, y la rabia del desprecio trago y disimulo. Mejores que yo son elegidos, pero la nobleza del alma también se equivoca, y mi libertad nadie quita.
....Aún así el presente texto (que pretende ser una respuesta a la convocatoria que hicieron los coordinadores de Avatares), intenta proyectar desde lo poético, la realidad más visible que siempre desciende y se descubre en el mundo gris de la invitación. Libre vuelo.


INVITACIÓN

Grata la invitación hoy recibida.
Rehusarla paréceme de ingrato;
pesar y meditar es lo sensato.

Razón ninguna tengo que me impida
revelar dónde mi alma sumergida
lucha, y defiende cruel, con arrebato,
la libertad humana, y su alegato
corrobora do el alma está sumida.

Reconocer debemos la alma noble
sepultada en el cuerpo (carne y hueso)
ambos inseparables, sin desdoble.

Vencer al cuerpo, fácil es su acceso:
aunque luche y resista como un roble,
piensa el cacique en su dominio ileso.

Puede el cuerpo ser preso.
Sin vínculos el alma libre vuela,
por sus cinco sentidos libres vela.


Miguel Aguado
Burgos, España

ESCRÍBANOS A revista.avatares2009@gmail.com

MURO DE BABEL (Reseñas Literarias) Arenga del que sueña Por José Darío Quintero Medina. Bogotá

ARENGA DEL QUE SUEÑA:*
(antología poética).JUAN MANUEL ROCA.
HOMENAJE AL POETA
Por José Darío Quintero Medina
Bogotá

Son muy pocos los poetas que, como Juan Manuel Roca,
moldean una imagen, un verso, un poema, una lengua
para hacernos olvidar que existimos sólo en la punta del
milagro. Acaso esta remembranza de sus poemas más
representativos sea el ápice de la voz que dice lo suyo
y nos identifica.


Bosque de sueños, Pintura de Mario Rafael Lince Benavides ©


....Juan Manuel Roca es uno de los pocos poetas que en Colombia vive del oficio. Además de novelista, periodista, investigador, el pasado año recibió un nuevo premio a su perseverancia y calidad como juglar, y por eso quisimos recordar algunos de los poemas que a lo largo de su larga historia de trabajo y producción ha dado a la luz pública, y que fueran recogidos bajo el cuidado de la editora Nubia Stella Cubillos, publicados en los linotipos de la Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo, aquélla que fuera de don Antonio Nariño, cuando estaba todavía en su dirección el ya desaparecido don Ignacio Chaves Cuevas.
.... Mester de ceguería. Hace pensar inevitablemente en esos niños ciegos que somos todos los colombianos, corriendo a patear la caja de lata que es Colombia, sumida entre las sombras, orientados sólo por el estruendo del impacto. Entretanto el poeta escucha el deslizar de las sombras… persigue el ruido de agua de la mujer desconocida, se pasea por jardines lluviosos con un gorro de cascabeles en la testa.
.... Biblioteca de ciegos. Somos ciegos, nos reitera. Pero nos enseña cómo las palabras son el piano que nos abre el camino de las sombras, las que hay que interpretar como a un instrumento musical, como leen el braille los privados de la vista, como en sus dedos memoriosos.
.... Arenga del que sueña. Roca sueña con un escenario de tango para su mundo. Una calle como la de cualquier esquina de Medallo o Tabogo, donde tras las putas vienen los policías y malevos. Pero no es su intención escapar del callejón, por el contrario se ufana en no imaginar la puerta por dónde escabullirse, aunque los tiros del vecindario espanten los tigres de su sueño. A contrapelo, no acompañará a las ratas que se ahogarán tras la melodía del flautista.
....Casa pintada. Imaginar la casa, la raíz, la fundación. Imaginar la puerta que lleva hacia dentro, a la intemperie de un patio, imaginar el corredor que lleva a la escalera de la torre, al reino de la luz, al sueño mil veces inusitado. Ya establecido en ella, desdibuja la escalera, el corredor, borra el patio, la alberca, la puerta... arcángel en su nube.
....Leyendo a Yehuda Amijai. ¿Quién fue primero, el viento o la bandera? No quiero ver en la terraza del sueño/ Una espesa bandera de cuervos. ... Tu falda es la mejor bandera,/ Tras ella voy al combate de cada día.
....Relación de los cronófagos. … comedores de tiempo que piden cuentas de mi ocio. Ese reiterado oficio del que escribe, es el opio del poeta, quien no oculta su amor a las actividades metafísicas y su viejo extravío de lo práctico.
.... Monólogo de la mujer que lava el agua. Mujer que redime con su toque, madre del mundo: Estoy hecha de tiempo,/ Como el agua en la hierba,/ Como el agua en el agua, como el agua.
.... Leyenda. No más el temor sagrado de los mitos, nadie convertido en fiera suelta, en panacea redentora de la negra noche de mi mal: Ven, animal oculto, sigiloso animal/ Que sólo visitas a los niños y a los locos,/ Ven, abre la puerta/ Y succiona la noche que me ronda.
.... Monólogo de José Asunción Silva. Ese viento mi alma es ese viento. Un disparo más, dirá el vecindario,/ Un disparo más en las eternas guerras/ Del olvido. La vida, esa feroz bancarrota.
....Lector de tabaquería. Si le tocara otra vez decidir qué hacer en la vida se la pasaría relatando historias mientras los obreros convierten las horas en tabacos, oloroso vicio que comparte con Cuba y el mundo.
....Parábola de las manos. Cuando todo esté deshecho, cuando una mano desaparezca lo que la otra ha hecho, cuando estemos cansados de sus guerras, buscaremos los cuerpos del amor para fundirnos en el sueño.
....Arte del tiempo. El arte del tiempo es no pasar. La literatura tiende una trampa de la cual el tiempo no puede escapar. La literatura es la jaula del tiempo.
....Arenga de uno que no fue a la guerra. Nunca fuimos a la guerra, porque vivimos en ella.
....Nocturno de los poetas muertos. Evocación de las ausencias tan presentes, José A. Silva, por supuesto, Aurelio Arturo, inefable, señalando el norte que es el Sur, Luis Vidales, el tío que le enseñó el camino, Diógenes Laercio, la linterna en la umbría, Carlos Obregón, Héctor Rojas Erazo: Estrábicas deidades del sueño,/ Que sus voces estén a mi favor.
....¡Y a fe que lo han estado!

MURO DE BABEL (Reseñas Literarias) Hagamos el juego. Breve Reflexión sobre la poesía de Idea Vilariño Por Wilson Josué Segura. Policarpa, Nariño

HAGAMOS EL JUEGO
BREVE REFLEXIÓN SOBRE
LA POESÍA DE IDEA VILARIÑO
Por Wilson Josué Segura
Policarpa, Nariño


Hagamos el juego es un breve recorrido reflexivo
por los temas más representativos de la poesía
de Idea Vilariño, que recurre a los enigmas de la
existencia para dar la voz de alerta. Y después
que la susurren sus poemas, olvidaremos también.
Pero ahí estarán a la espera esas palabras, sin
ninguna prisa, resistiendo en silencio. Para que
en nosotros reviva lo que nos demora y deslumbra.


“Cuando escribo nunca miento. Puedo mentir
en la vida de todos los días, pero no cuando escribo”
Idea Vilariño



....En abril de 2009 murió Idea Vilariño1 como una desconocida. A su entierro en el Cementerio del Norte de Montevideo la acompañaron catorce personas. Quizá su vida retraída, concentrada en el oficio poético, ajena a los compromisos sociales y a los reconocimientos públicos –rechazó varias veces el Premio Nacional de Poesía– expliquen su marginalidad. Lo cierto es que sus poemas son algo menos que temblores súbitos, cortos pero significativos, a fuerza de los cuales se supera el bullicio, la desperdiciada vida, la pasión sin objeto, la mascarada atroz, la sabida comedia para decirlo con sus palabras; y cualquiera se instala momentáneamente en el espacio de lo quieto, del sueño, de lo dichoso. “Esto dura lo que un relámpago,/ lo que un liviano pájaro de luz/ que arde y se nos escapa/ en un gemido”.
.... La poesía sólo puede aliviarnos de nuestro destino aciago por un momento apenas, pasajeramente. Y esto cuenta también para el amor y para la solidaridad con los otros. No hay salvación definitiva más allá de la muerte. Nos encontramos pues, como diría Rosario Peyrou, una de las mujeres que más la conoció, ante una poesía del máximo escepticismo (con la máxima sensualidad). Tal vez pensemos que aquello no tiene nada de original. De hecho puede ser así, tanto que cabe parafrasear a Rubén Darío y preguntarse ¿quién en un mundo tan caótico y desolador como éste no es de alguna manera escéptico? A pesar de todo, el escepticismo de Vilariño es diferente por lo esencial, por lo concentrado, por su intensidad. Aguza tanto la apertura de su ser y de su verso que puede tocar las mayores profundidades del espíritu. Los versos cargados de retórica –al igual que las armas grandes– son a veces tan aparatosos que su propio peso los hace caer. Acaso por lo anterior, en la distancia, nos guste más García Lorca o casi toda la generación del 27, que Darío y sus huestes modernistas.
.... Ahora bien, ¿puede hallarse mayor reflexión sobre la soledad que los siguientes versos de suma parquedad, que se transforman en clamor, en grito del ser?: “Uno siempre está solo/ pero/ a veces/ está más solo”, ¿o sobre la omnipresencia y la inevitabilidad de la muerte, que estos otros?: “Es negro para siempre/ las estrellas/ los soles y las lunas/ y pingajos de luz diversos/ son pequeños errores/ suciedad pasajera/ en la negrura espléndida/ sin tiempo/ silenciosa”.
.... Idea descubre temprano desde el universo de la poesía, que la muerte es la gran presencia, el destino inevitable. Esto no puede ser algo que se lee en los libros ni es lo que los otros nos dicen sino sólo el resultado de un profundo volverse sobre sí para mirar hacia adentro y hacia afuera también. Es un tópico común de la poesía del siglo XX hablar sobre la muerte y no podría serlo menos dado el macabro festín de sangre y desconsuelo, que como ningún otro, fue la pasada centuria. “Me gusta la vida enormemente/ pero, desde luego,/ con mi muerte querida y mi café”, decía César Vallejo y como él tantos otros. Pero la desolación, la reflexión sobre Tanatos que hace Idea no viene de un afán deliberado de estar a la moda, de seguir irreflexivamente la conciencia incompleta de su época.
.... En la poesía de Idea Vilariño, la búsqueda mística es desolada, solitaria, no tiene más fin que la memoria de la muerte, en el marco de una acendrada reflexión, que aproxima al hombre a los interrogantes de la noche: madre nodriza de la muerte, el recuerdo, lo nocturnal del alma humana. Lo cierto es que “la noche eterna… perdura intocada” y en sus orillas “no hay ninguna esperanza/ de que todo se arregle/ de que ceda el dolor/ y el mundo se organice”, afirma Idea.



.... A veces su voz se vuelve increpante pregunta “¿…cómo/ desalojar el crudo/ recuerdo de la muerte?”. A partir de dicha verdad, Idea indaga en su propio ser y suentorno preguntándose por la vida, por lo que parece vida. “Es hacer el juego la vida”, dice, “pobre vida, pasión fracasando en la sombra… abatida en sí misma… fracasando en el sueño. Plena de soledad, de dolor y de miseria, enfrentada inevitablemente con la muerte, la vida, ¿por qué la soportamos /…/ por qué nos soportamos/ por qué hacemos el juego, por qué nos empeñamos en mantener esta triste aventura/ de ser cálido y fuerte que es el vivir?”. Es algo misterioso pero el ser humano, aprisionado en los límites temporales y ansioso de eternidad, siempre desea la vida efímera, aunque se presente como dolorosa y miserable: “Decir no/ atarme al mástil/ pero/ deseando que el viento lo voltee/ que la sirena suba y con los dientes/ corte las cuerdas /…/”.
.... Deseamos vivir aunque sabemos, como dice Virginia Woolf, que el mundo es capaz de la más vil traición, de que no hay felicidad duradera; ¿esperamos los momentos en que el mundo vil no nos traicione –cosa que ocurre de cuando en cuando– o el hondo sinsentido de una felicidad duradera, de la salvación definitiva, de un eterno paraíso? La respuesta no es clara, sin embargo, Idea desconfía de los edenes individuales y colectivos, ya que “siempre habrá alguna bota sobre el sueño/ efímero del hombre/ una bota de fuerza y sin razón/ pronta a golpear/ dispuesta a ensangrentarse”, dice en un poema referido a los sucesos de Playa Girón, escrito por allá en 1960. En otro menos circunstancial habla un poco de lo mismo: “Alzar los ojos/ al misterio abismal de las estrellas/ que será a no dudarlo/ algo tan sucio/ tan mezquino y tan sucio/ como esto”. Los ideales son mezquinos, egoístas, todos los sueños van al pozo de la muerte, del olvido. No obstante Idea hizo activismo político por convicción y colaboró con la resistencia a las dictaduras suramericanas de las décadas del 70 y 80.
.... La poeta duda de la comunión con el cosmos y sus elementos todos, como piensan Whitman y sus optimistas discípulos, donde el gran poeta americano, al fin de cuentas hijo del siglo XIX pero no por ello menos grande, escribe: “I give them the same, receive them the same” (a todos me entrego y a todos recibo); el escepticismo de Idea la hace decir: “sí… soy la arena caliente/ soy la brisa suave /…/ soy la noche./ Entonces no soy nadie”. Ahí toda alternativa culmina irremediablemente en la noche, en la nada omnipresente e irrevocable.
.... El amor es sin duda la opción más ensayada por el hombre para fugarse, para escaparle a la muerte; también la más cantada y comentada, y, cosa curiosa, también la que más sufrimiento contiene. Nos obnubila tanto la belleza de los pétalos que a poco tocamos las espinas y sangramos, sin percatarnos. Ésa puede ser una característica esencial del amor, su movimiento doble entre la dicha y el dolor, siempre caprichoso, impredecible e incontenible. Idea se detiene en ese gran misterio por mucho tiempo, la mayor parte de su obra poética que no supera las 300 páginas; se estaciona en las lindes del amor íntimo y nos muestra muchas de sus facetas, su esencial transitoriedad, el fundamental enigma que encierra. Creo que donde mejor se expresa lo que Idea piensa sobre el amor es en un poema titulado así precisamente: “En el amor dejas de ser nadie, nada, esa basura desperdiciada, ese ser que padece esta vana infinita soledad. Escapas de la desolación, un momento apenas, para decir: canto…río…miro…amo…venzo, en últimas, soy algo más que nadie”. Esta felicidad honda –que proyecta una ontología de las sensaciones– acarrea a su vez un malestar profundo: “Me hiere y lo desangro…y me vence y lo venzo/ y me acaba y lo acabo”. La posibilidad de ser se paga con un encuentro traumático con el mundo, caudal turbulento, donde toda certeza proveniente del amor es en sí desgarradora. Por eso, la felicidad es un yugo y ser feliz oprime porque es un estado cierto, dice Saramago a propósito. El amor para Idea es a su vez algo que ya fue, puñado de instantes del yo aislado; el amor para ella sólo puede recordarse, la felicidad sólo puede recordarse. Los momentos de mayor sensualidad, los poemas PIEL y SEIS, ya fueron: “Así era tu piel”, dice en uno y en el otro, “y me quedé inmóvil/ tú tú te quedaste inmóvil”. Los momentos de cotidiana felicidad vienen a nosotros gracias a la evocación, aunque no siempre estén presentes: “Dijiste/ nunca/ nunca fui tan feliz como esta noche”. El amor también es abandono, pura perdida; se prefiere la soledad y el dolor, y cada dicha que nos prodiga se compensa con un escozor igual de grande, es así como entre mayor la dicha, mayor la desilusión.
.... Los poemas sobre el distanciamiento y el abandono abundan y son los más populares de la obra de Idea, en la medida en que hablan de emociones y situaciones que nos tocan a todos. ¿Quién no ha vivido experiencias como las dibujadas en CARTA I, CARTA III, YA NO, YO QUISIERA y ADIÓS, sólo por nombrar algunos? “Querido/ no te olvides/ de que te espero siempre/ cada noche te espero/ estoy aquí/ no duermo/ no hago nada sino eso/ te espero/ te espero /…/ hasta que viene el sueño”.
.... La lección de la poesía de Idea, si es que la poesía puede dar alguna, la principal, a un tiempo amarga y esperanzadora, es que no hay paraísos que nos salven de todo el dolor del mundo; incluso ni el arte, ni la lucha social, ni el amor íntimo nos salvan de la muerte. No hay peor equivocación que pretender buscar el paraíso. La bota sucia y carente de sentido estará pisando siempre los ideales de los hombres, siempre el amor de dos desembocará en el abandono y el olvido. Mas lo anterior no significa que debamos asumir una actitud resignada y complaciente. La vida no debe ser la búsqueda de la felicidad eterna, porque no existe, pero sí una continua resistencia frente a la opresión y al olvido, a sabiendas de que estamos condenados a luchar y perder continuamente la pelea. Ése es el sentido, el precio inesperado y a la vez el altísimo orgullo de vivir. Nuestra victoria es estar siempre resistiendo.

Ilustración Gustavo Benitez


.... A cada paso desconocemos estas verdades. Anhelamos, por ejemplo, un amor que dure eternamente, que no abandone, que no olvide, y en esta pretensión inútil extremamos, ahondamos en la amargura; construimos grandes edificios que nadie puede habitar, soñamos mundos felices donde sólo caben presencias humanas (atadas a las apariencias) que son autómatas y dependientes; planteamos verdades que creemos definitivas para un mundo en devenir; en el afán de negar el dolor nos olvidamos de luchar en su contra y resistirle. En la vida no hay puntos de llegada, sólo un continuo y arduo transito –más acá de la muerte–, alivianado esporádicamente por el amor, los sueños y la poesía.
.... En suma, la escritura de Idea acoge, desde su clarividente certeza, las intensidades existenciales con un delirio visionario y una alquimia del alma que la palabra entrega en su movimiento lento, apenas perceptible, a veces aparentemente estancado, pero siempre constante e ininterrumpible; es donde intentamos superar nuestros abismos, donde somos más que nosotros mismos, donde los misterios del universo están en nosotros.
.... Idea Vilariño es autora básicamente de tres libros –los tres que menos le disgustaban–, que reeditó continuamente durante toda su vida y a los cuales añadía sus nuevos poemas: Nocturnos (1955), Poemas de Amor (1957), inicialmente dedicado al gran novelista Juan Carlos Onetti, el gran amor de su vida2, quien le dedicó a su vez la novela Los Adioses. Su tercer poemario fundamental es Pobre Mundo (1988). En 1989 accedió a publicar un libro enteramente inédito que tituló secamente No (los dos últimos versos del libro anuncian: “Inútil decir más/ Nombrar alcanza”). En el año 2004 se publicó una selección de sus poemas titulada Vuelo Ciego, en la cual se basa esta reseña.


1 Nació en Montevideo el 18 de agosto de 1920. Sabemos algunas cosas sobre su vida gracias a su libro-álbum “La vida escrita”, publicado en el 2008, que reúne fragmentos de sus diarios, cartas, textos inéditos y recuerdos de sus amigos; por ejemplo, se refiere su acercamiento a la poesía, que inició cuando el padre le declamaba, a Idea y a sus hermanos, desde muy niños, poemas del Siglo de Oro español, y que por tal motivo, antes de que ella aprendiera a leer, ya inventaba poemas de rima y métrica con palabras que elegía por su sonido. También que vivió sola desde los veinte años, a pesar de su delicado estado de salud, que se agudizó por una septicemia que la llevó al borde de la muerte a los veintisiete y la tuvo postrada durante casi tres años. Se casó tres o cuatro veces (siempre por gratitud, con los tipos que fueron buenos con ella, como Manuel Claps, que la cuidó durante los tres años de convalecencia). Su muletilla (“¿Cómo te diré?”) la pintaba en genio y figura. Pese a todo, antes de haber cumplido los treinta años era ya ampliamente conocida en el Río de la Plata por su talento como poeta, crítica literaria, traductora y educadora. Más allá de su falta de promoción editorial, la poesía de Idea atrae cada día más lectores. En Montevideo puede advertirse por todas partes su inmensa popularidad: los artesanos copian sus versos en señaladores de libros y tarjetas que venden en mercados y negocios.
2 Se habían conocido en 1950 en un bar del barrio montevideano de Malvín. Onetti e Idea sólo pasaron juntos nueve noches en once años. Al principio él le pareció el hombre más adulto que había conocido y, a causa de eso, perdió después toda confianza en su propio juicio. Es más, los momentos que pasaban juntos eran “el infierno en la calle Durazno”.


EL CRONISTA (Crónica) Avatares de una isla Por Federico Cabrera. México


AVATARES DE UNA ISLA
Por Federico Cabrera
México


Isla Mujeres es el avatar terrestre que se encarna
a sí mismo por sí mismo. Sus mitos reales y
verdades imaginarias dan lugar a la memoria, la
espera y la anticipación. Por eso los personajes de
esta crónica, Hemingway y Cosme, que persiguen
al Gran Pez del destino, se re-encuentran y
deslizan entre la isla y el vaivén de cada instante.

Ilustración de Edisson Arciniegas ©

“Cuando atrapas un atún después de una pelea de seis horas, cuando luchas hombre contra pez hasta que tus músculos sienten náusea por el terrible estiramiento, cuando por fin lo subes a bordo, azul-verde y plateado desde el perezoso océano, entonces puedes sentirte purificado y comparecer sin rubor ante los dioses antiguos”
Ernest Hemingway

....Isla Mujeres no es una isla, es Ixchel, la diosa maya, esposa del Sol, Itzamná. La diosa de la luna, la diosa Madre, de la fertilidad, de la medicina y del parto… “La Diosa de hacer niños” cuya silueta quedó esculpida sobre el manto turquesa del Caribe.
.... Si te asomas desde el cielo, podrás ver el avatar, la encarnación terrestre de su cuerpo calizo, color de cobre, café-rojizo, color de raza mexicana.
.... Humilde y orgullosa, esbelta, bella, confiada y en paz; sonriente, mujer enamorada, plena y satisfecha, con la virginidad intocada después de tanto hacer el amor.
.... Las manos en oración que cuidan a su amada Patria con un escudo de arrecifes, alaban a Kaan Kun “el nido sagrado de la Serpiente”, símbolo de sabiduría y astucia.
.... Retozan sobre ella sus hijas, Ixchebel Yax, Ixbunic e Ixbunieta, que juegan con sus muñecas, ídolos de barro en forma de mujer que hallaron por ahí regados los conquistadores conquistados, atrevidos, que terminaron enamorados por aquella tierra a la que llamaron “Isla Mujeres”.
.... Una Virgen en forma de isla, peinada con un penacho que es su Playa Norte, abraza contra su pecho a la Bahía de Mujeres y le da vida en su vientre a la laguna de Makax, mientras flota sobre sus diminutos pies en punta que se entierran en el agua, hacia el Sur.
.... “Isla Mujeres”, avatar de mitos reales y verdades imaginarias donde el pirata Mandaca ¡murió de amor!, por culpa de la Trigueña Martiniana Gómez Pantoja, quien ¡no tuvo corazón!; seres de “carne y hueso” de un cuento mítico. ¿…Un pirata bueno…? ¿…Una mujer sin corazón…? ¡No existen!, pero existieron. A él se le vio morir, de ella, no se supo más… Fueron tan reales como Santiago, el marinero en el que Hemingway se convirtió para ir a atrapar a su Gran Pez, cansado de “ochenta y cuatro eternos días” de haber pescado sólo decepción.
.... “…era un viejo que pescaba solo en una barca…”, y era 1953 cuando Santiago partió de Cuba con sus sedales, un par de sardinas por carnada, una botella de agua y un trago de esperanza; además de dos remos para impulsarse y un bat beisbolero para ayudar a dormir a su presa al momento de hacerla pasajera. Manolín, el chamaco pescador que siempre le acompañaba, no pudo ir entonces con el viejo porque sus padres se lo negaron, al advertirle que aquel anciano estaba “…definitiva y rematadamente sala’o…”. Así que el viejo partió más solo que viejo.
.... Un pasaje imaginado de El viejo y el mar cuenta que ni Santiago, ni Manolín, ni Cuba, sabían lo que les esperaba. A Cuba le quedaban sólo siete años de vida antes de caer prisionera, y al viejo ¡medio siglo!, para llegar hasta “La Isla de las Mujeres”, la Isla de Ixchel, la isla de libertades esposada a su patria mexicana. País libre que encadena a propios y extraños con la belleza de su territorio y el abrazo amoroso de su gente.
....Santiago fue atrapado por un gran pez, un pez nunca visto, ni por él, ni por Hemingway, ni por nadie. Un pez en forma de mujer, quien lo fue llevando con todo y barca hacia las profundidades de los sueños, donde navegan los marineros rumbo a la eternidad.
....Fue así como el espíritu de Santiago llegó hasta “La Virgen del Farito” la que cuida a marineros y habitantes, a quien se encomiendan los que se hacen a la mar, como se encomendaban a Ixchel los navegantes mayas.
....No es coincidencia, ni mito, sino avatar de la vida, que Cosme Alberto Martínez Magaña, un pescador, nacido en Isla Mujeres en 1942, le diera por hacerse a la mar cargado de esperanzas y sedales. Niño marinero, aprendió las artes de su abuelo Ignacio y su padre Mariano. El tiempo y el mar le dieron a Cosme Alberto sus peces y él con Flor Elena, le dio dos hijos a la vida. Y se hizo del “Neptuno”, su primer barco, para batallar con tiburones y tortugas gigantes, cuando aún no era pecado interrumpir a las caguamas en el trance del amor, por ser simplemente una forma honesta de vida que el ecosistema de entonces bendecía.
....Con los años Cosme Alberto aprendería que aquellos elefantes chaparros y sin trompa disfrazados con caparazón, ya no podrían ser más sus presas, por lo que juró ante la diosa Ixchel y ante la Virgen del Farito, que los dejaría en paz para que las futuras generaciones pudieran pescarlos con la lente fotográfica.
....Así, en paz con Dios y con su entorno, Cosme Alberto se dedicó a la aventura que le diera de comer a sus ancestros y la convirtió en un sano y legítimo deporte, en el que concursan por la vida el hombre y el pez.
....A los 23 años, Cosme Alberto, emulando a Santiago, se lanzó junto con su amigo Aristeo “El Manchado” al encuentro con el “enemigo”. Fue entonces cuando apareció aquél enorme “toro bravo”, un Marlín Azul, de 900 libras, 450 kilos de peso, con un cuerpo de más de tres metros y medio. Seis horas de lucha continua fueron necesarias para vencerlo. Casi el mismo tiempo que al Santiago de Hemingway le tomó lidiar con ese atún que “le tensó los músculos hasta la náusea”.
Finalmente el pez obedeció con nobleza entregándose en tributo a su contrincante y quedaron en paz por haber ganado ambos la batalla por la supervivencia. Batalla que no pierde el que muere, sino el que se derrota.
....Así Cosme Alberto y Hemingway aprendieron que “el hombre puede ser destruido, pero no derrotado”, por lo que siguen persiguiendo al Gran Pez del destino, con la bendición de Ixchel, frente a La Isla de las Mujeres.

PANTALLAS (Cine y televisión)

LA IMAGEN QUE LO DICE TODO:
¿NECESITAMOS UN REEMPLAZO
DE MIL PALABRAS?
Por Guillermo Jaramillo
Medellín


La sumatoria de gramáticas en torno a la imagen
provenientes de la televisión, las nuevas
tecnologías y el cine, ha hecho que muchas veces,
de manera inconsciente, la cultura cotidiana
de las mayorías ponga en entre dicho las
definiciones que señalan qué es y qué no es
la realidad. En el cine, por ejemplo, que está
constituido de un lenguaje cuyo contenido son
l
enguajes, se plantea una incuestionable realidad:
se refiere al mundo desde su propio lenguaje.


....Hoy día pasan muchas imágenes ante nosotros, pasan tantas que a veces es difícil no confundirlas con la realidad, porque todas ellas nos dicen y nos repiten que pretenden ser no un remedo de ésta, sino una fiel copia.
.... Si es difícil tomar distancia ante la realidad, lo es por igual o más, ante este cúmulo de realidades virtuales, hoy presentes en los videojuegos, en la televisión, en la Internet, en las pantallas de computador, en los blackberries, en el cine…
....Lo que estas imágenes contienen no está despojado de ideología, por el contrario, son un completo ideario listado como audiovisual. Baste saber que el hecho de que un videojuego se exprese ante nuestros ojos como una composición de imágenes que actúan bajo nuestras órdenes, no evita que moldeen el comportamiento del jugador-espectador. Al igual que ocurre con la televisión, a través de cuyas series, norteamericanas en su mayoría, hace unos cuantos años se modeló nuestra forma de amar, soñar, conversar y hasta nuestra forma de comer (cosa que hoy hacen a través de un extraño reciclaje de los comportamientos, las telenovelas de producción local).
.... Antes pudo hablarse de ciudadanos no expuestos al bombardeo de las imágenes; hoy en cambio los ciudadanos urbanos pasamos la mitad del tiempo ante realidades reflejadas en una pantalla y la otra, ante realidades que pasan simplemente ante nuestros ojos. Nuestra memoria se va componiendo cada vez más de una mezcla de imágenes, las unas recibidas por nuestros sentidos (el ojo principalmente) y las otras filtradas por guionistas, fotógrafos, productores, directores y diseñadores gráficos.
.... Entonces, ¿cómo construir un pensamiento acrítico a través de las imágenes actuales, por ejemplo, a través del cine comercial predominante en las últimas tres décadas?
.... Primero que todo, dándonos una certeza. Esa certeza es esa respuesta tranquilizadora que necesitamos tanto los seres humanos. Lo visto en las pantallas se constituye como un reemplazo o posiblemente como una explicación, de tal forma que cuando salimos a la calle tenemos una verdad proporcionada desde los medios audiovisuales, ¡esos nuevos púlpitos! Porque los pensamientos influyen en lo que vemos, y viceversa, de modo que se establece una reciprocidad intrínseca entre lo que aprendemos y lo que hacemos, o lo que percibimos en nuestro entorno y lo que realizamos sobre él. Una característica de la visión humana es su actividad selectiva y su condición constructiva. Si lo que vemos en las pantallas no tiene el componente de la duda, de la lectura entre líneas, ¿Qué pasará finalmente con esa labor selectiva y con esa condición constructiva?
.... Mejor dicho, y antes de cualquier conclusión pesimista, ¡qué bueno que la vista nos siga ayudando a analizar lo que vemos, tanto si lo que vemos es una trifulca callejera o una película de Adolfo Aristarain! Por eso, nada mejor que seguir promoviendo el cine de autor, la televisión comunitaria, la televisión pública de carácter participativo e incluyente, y el uso de los videojuegos y la Internet para actividades de corte contracultural.
.... En segundo lugar, en el análisis de imagen influyen nuestros patrones internos, nuestras expectativas y nuestra “aprehensión del mundo”, en definitiva, está influida por un análisis subjetivo. Si en el ideario colectivo termina por mandar lo preconcebido, esa realidad contrahecha pero determinante que el poder, que es en últimas de lo que estamos hablando, quiere implantar, saldríamos a la calle a ver lo que quieren que veamos sin ningún tipo de filtro o contrapeso crítico.
En referencia al factor ideológico, se puede aludir a la planicie de las imágenes. Una manera de tomar distancia de lo que se ve, es haciendo que lo reflejado en la pantalla tenga posibilidad de ser “leído”, o que las imágenes mismas tengan grados de autocrítica, o que deriven hacia la polémica con la pregunta “¿qué quiso decir?”
.... El cine en particular, habla del mundo, y este mundo sólo llega al hombre a través de inevitables capas de lenguaje. Sin lenguaje, el universo no tiene sentido (el sentido –todo sentido– lo proporciona, precisamente, nuestra capacidad lingüística, o sería mejor decir, semiótica). Aún André Bazin, el más comprometido teórico del realismo cinematográfico, “creía que el mundo tiene un sentido y que nos habla en un lenguaje ambiguo si nos preocupamos de escucharlo, si silenciamos nuestro deseo de que ese mundo signifique lo que nosotros queremos” 1. Por esto, hablar del contenido de un film sin adquirir plena conciencia de que lo que todo film exhibe es para decirlo de algún modo, una fabricación semiótica, es pecar de la mayor ingenuidad, es suponer que la realidad que exhibe el cine es un recorte de la “realidad” del mundo, de la cual él constituye un espejo o quizás una ventana.
.... Mas si lo que el cine “habla” no es la realidad misma, no quiere decir que los films no representen al mundo desde la composición de imágenes y signos (es en esencia lo que hacen), ni que su hacer no sea profundamente una proyección de lo ideológico (precisamente, esto es lo que es). En esa perspectiva, la relación entre el responsable concreto de un acto de lenguaje (un director de cine o, en otro contexto, un periodista) y lo que plantean sus discursos, pasa por los dispositivos del lenguaje: la ideología de un discurso se apoya en el valor y el valor tiene lugar inevitablemente en el lenguaje (en el caso del cine el lenguaje viene del otro lado de la imagen).
.... Analizar un film no se reduce a recomponer la historia que él refiere, como si se tratara de un acontecimiento en cierta medida extraído directamente del mundo, para a la postre valorar el “agregado” que el lenguaje orienta sobre él, desde las connotaciones que en la misma dimensión del lenguaje se generan. No es que el cine “extraiga” la realidad que es el “contenido” y luego la interprete por medio de la “forma”, sino que, como lo plantea Giannetti “forma y contenido son matices de una misma realidad hecha de lenguaje” 2.
.... Por eso, los términos “forma” y “contenido” no son tan disímiles como algunas veces lo parecen. Sin embargo, en muchos aspectos, los términos son sinónimos. La forma de una toma –la manera en la que un sujeto es fotografiado– crea su verdadero contenido pues no siempre es necesario lo que se percibe del sujeto material en la realidad (que algunas veces se oculta y sumerge).
.... En suma –y para concluir– analizar con pertinencia un film requiere hablar de su lenguaje –tanto como, por ejemplo, hablar de la novela requiere del conocimiento reflexivo de la lengua escrita–, de sus posibilidades significantes, de sus vericuetos, de sus alcances y sus convenciones. Todo discurso analítico sobre el cine debe empezar por preguntarse, con detenimiento, cómo está constituido su lenguaje y qué tanto deviene del poder constituido

1 Citado por DUDLEY ADREW, J. Las principales teorías cinematográficas. Barcelona: G. Gili, 1978. p. 206.
2 GIANNETTI, Louis D. Metáforas cinematográficas. Madrid: Prentice Hall, 1990. p. 247.